El monitor Holter es capaz de detectar trastornos del ritmo cardíaco que ocurren episódicamente, como taquicardia, bradicardia y latidos prematuros, que son provocados por contracciones tempranas de las cámaras del corazón. Además, puede evaluar la presencia de isquemia y deficiencia de oxígeno en el músculo cardíaco, así como revelar enfermedades coronarias como la angina o un infarto. También permite evaluar la eficacia del tratamiento contra los trastornos del ritmo cardíaco.

El personal médico coloca de 5 a 7 electrodos adhesivos en el pecho del paciente, después de limpiar y, si es necesario, afeitar la piel con alcohol. Estos electrodos se conectan al monitor Holter. Una vez instalado el dispositivo, el paciente puede regresar a casa y llevar a cabo sus actividades normales
Durante las siguientes 24 a 48 horas, tanto de día como de noche, el paciente debe estar atento a sus actividades, horarios, sensaciones de dolor o cambios en el ritmo cardíaco. Se recomienda llevar un registro de estas sensaciones en un cuaderno o diario
Además, existen monitores Holter implantables que se pueden insertar bajo la piel del pecho mediante una pequeña incisión bajo anestesia local. Estos dispositivos se utilizan en casos de síncope inexplicado y repetitivo y pueden registrar la actividad cardíaca durante varios meses